Editorial

El historiador de los nuestro cumpliría cien años.

Se nos marchó a la Casa del Padre demasiado pronto, a los 65 años, concretamente el 26 de diciembre de 1990. Nos referimos a nuestro querido, admirado e inolvidable: Padre Juan Martín de Nicolás Cabo «Chani», que tuvo el gran honor de ser «profeta en su tierra», en su Quintanar del alma. Para todos los que tuvimos el gran placer y la dicha de conocerlo, de colaborar con él en nuestra «Encina» (él le puso el nombre por mediación de Antonio Cano Montoya, q.e.p.d.) de aprender tanto, de impregnarnos de su amabilidad, sencillez, elocuencia, humanidad, talento y ecuanimidad.

Juan Martín de Nicolás

Con acierto y cariño nuestro Ayuntamiento se «ha volcado» con esta entrañable efeméride, con nuestra colaboración, organizando una serie de variados actos de toda índole, que esperamos acudáis y disfrutéis con ellos.

En la foto adjunta, tomada el 15 de mayo de 1984, cuando yo, un joven maestro, tuve «la osadía» de entrevistarlo en su despacho, archivo y taller-estudio en la casa paterna de la Calle Grande nº 20 y que se publicó en el número 20 de «La Encina». Una charla relajada que no tiene desperdicio. Me impresionó saber que a pesar de su prestigio y categoría como jesuita, historiador, erudito, escritor, conferenciante, profesor, economista… también trabajó como albañil y hasta de minero en la localidad murciana de La Unión.


REDACCIÓN